El camino del chamanismo en Peru, es la práctica espiritual más antiguas de cuantas existen. No contiene ningún dogma y muy pocas reglas, ya que el chamanismo se apoya en hechos, en la experimentación y en el conocimiento.
Es un camino del corazón, que se abre y abarca con un abrazo a toda la naturaleza. Es a la vez un camino de belleza y equilibrio. El chamán forma parte de una manera directa de un reino de experiencias que está más allá de la realidad física, y hace uso de él, porque el chamanismo es una búsqueda activa de respuestas.
Aunque los mundos recorridos por el no sean los de nuestra realidad diaria, son reales. Para el chamán, la realidad posee muchos niveles, y solo uno de ellos es accesible a nuestros sentidos ordinarios.
El uso de estos niveles es accesible a la mayoría de nosotros, no solo a unos pocos elegidos. Solo tenemos que aprender a abrir nuestros ojos interiores.
Son hombres y mujeres cuyo espíritu está muy vivo y, por ello, pueden experimentar los diferentes aspectos de la realidad que nos envuelve, de la que no somos conscientes las personas normales.
El chamán aprende, a lo largo de su vida, a relacionarse con las fuerzas cósmicas, que forman parte de la naturaleza y que están dentro de nosotros, como los hilos de un telar cósmico o como sutiles velos de pensamientos que lo alcanza todo y que está interrelacionado con todo.
Esta idea de que toda forma parte del mismo principio vital – de que todo está vivo – se llama Animismo, y forma parte de la más primitiva de las manifestaciones espirituales.
Hoy, el chamanismo en Peru y en el mundo es una búsqueda que está abierta de igual forma a uno y otro sexo. Una verdadera definición de chamán es elusiva, pues el chamán existe en sus acciones; ayuda más a pensar el chamanismo como algo que uno hace, en lugar de “ser” un chamán.
Hay dos aspectos fundamentales de la experiencia del chamanismo en Peru. Uno es el reconocimiento de que todo es divino. Este reconocimiento es mucho más que el simple respeto por la naturaleza (más que amor por ella), es mucho más que obedecer un mandamiento que nos dijera que todo lo que se ve es un regalo de Dios.
En el chamanismo no hay tales mandamientos, porque no son necesarios: el chamán lo percibe todo como divino, lo siente como divino. La naturaleza no es un obsequio de Dios, “es Dios”, y por supuesto es Diosa también, carece de género.
Si se siente atraído por la experiencia chamánica, si está dando los primeros pasos, aun inseguros, es que ya ha echado una mirada (puede que instantánea, borrosa) pero esa mirada será suficiente por ahora.
El segundo aspecto del chamanismo es el viaje chamánico. En este viaje es donde empezaremos a experimentar los diferentes niveles de la realidad, a saber que existimos en muchas dimensiones y a explorarlas, a descubrir al chamán que llevamos dentro.
Hacer un viaje chamánico en un contexto ceremonial llamado ritual de ayahuasca es una especie de visiones guiadas durante las ceremonias que realiza el chamán en plena selva amazónica de iquitos Peru.
Así mismo dentro del chamanismo en Perú hacer un viaje con la planta ayahuasca es como soñar despierto. Un sueño lúcido en el que sentimos que estamos durmiendo y sin embargo tenemos el control de nuestro propio cuerpo y de nuestras reacciones.
Comprender el concepto de «ritual» y cómo utilizar el potencial de una ceremonia para abrir las puertas a la renovación en nuestra vida puede ser sumamente valioso.
Los rituales de ayahuasca actúan como un catalizador para el cambio asistiendo a las personas en la renovación del ser, fortaleciendo la conexión entre su ser interior.
Descubre el Centro de Sanación Awkipuma, un lugar único en Iquitos, Perú, dedicado a retiros de ayahuasca en la impresionante selva amazónica. Con más de 55 años de experiencia en prácticas de sanación ancestral, Awkipuma ofrece un entorno seguro y sagrado para la exploración espiritual y personal.
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