En el corazón de la Amazonía peruana, lejos de las luces de la ciudad y del ruido constante, la selva cobra vida en un lenguaje más antiguo que el tiempo. En Awkipuma, cada ceremonia comienza con silencio: una pausa sagrada que invita al espíritu a escuchar. Para muchas personas que llegan a nuestro retiro de ayahuasca en Perú, ese silencio es el primer momento real de quietud que han sentido en años.
Esa noche, el aire era cálido y denso, cargado con el aroma de la tierra y el copal. El grupo se sentó junto dentro de la maloca, cada quien sosteniendo a la vez emoción y nervios. Los chamanes (nuestros maestros) prepararon la medicina con reverencia, susurrando cantos suaves que parecen tejer hilos invisibles entre las personas y el bosque.
El Momento Antes del Viaje
Antes del primer sorbo, siempre existe un instante de reflexión. Los participantes suelen cerrar los ojos, poner su intención y respirar profundo. La intención no es solo un deseo: es una dirección, una brújula para el corazón. Algunos piden sanación; otros, claridad, perdón o propósito.
La medicina, preparada con la liana de ayahuasca y hojas de chacruna, lleva dentro siglos de sabiduría de la tradición amazónica. No es una sustancia: es una maestra… una que no habla con palabras, sino con visiones, sensaciones y emociones profundas.
Cuando el maestro bendice la copa y la ofrece, la ceremonia comienza.
Entrar en la Selva Interior
Al inicio, todo parece normal: el sonido de los grillos, el parpadeo de la luz de las velas. Luego, poco a poco, la percepción cambia. La medicina abre una puerta hacia la selva interior: la que refleja la selva de afuera, pero que habita dentro de cada persona.
Muchos describen las primeras olas como suaves: una sensación de calidez, conexión y presencia. Otros sienten a la medicina trabajar con más fuerza, trayendo a la superficie emociones que han estado ocultas durante años. Los maestros comienzan a cantar sus ícaros, cantos sagrados que guían la energía de la ceremonia. Esos cantos son el mapa de la noche, conduciendo a los participantes por capas del ser: del miedo a la liberación, de la confusión a la claridad.
Algunos lloran en silencio; otros sonríen, reconociendo verdades que habían olvidado. La selva parece respirar con ellos: las ranas, el viento, el trueno lejano, todo se une a la sinfonía de la sanación.
La Maestra Dentro de la Medicina
La experiencia de cada persona es única, pero la esencia es la misma: la ayahuasca revela lo que necesita ser visto. No siempre muestra lo que queremos, sino lo que necesitamos enfrentar para sanar. En Awkipuma, nuestros facilitadores y maestros caminan junto a cada participante durante todo el proceso, asegurando seguridad y acompañamiento en cada paso.
En una primera ceremonia, es común encontrarse con recuerdos, emociones o visiones muy personales: escenas de la infancia, rostros de seres queridos, o símbolos del mundo natural. La medicina trabaja en muchos niveles: físico, emocional y espiritual.
Algunos describen sentir que son “limpiados desde adentro”, mientras el cuerpo suelta lo que ya no sirve. Otros viven una conexión profunda con la naturaleza, sintiendo el latido de la tierra dentro de su propio pecho.
Rendición y Confianza
La gran enseñanza de la primera noche suele llegar a través de la rendición. La ayahuasca invita a soltar: el control, el miedo, la resistencia… y a confiar en la sabiduría del proceso. No es una lección fácil, pero sí sagrada.
A medida que la noche se vuelve más profunda, los ícaros se hacen más suaves, más lentos. Los maestros se mueven por la maloca, cantando a cada persona de forma individual, ofreciendo protección y enraizamiento. La atmósfera se vuelve luminosa, como si la selva misma estuviera sosteniendo a todos en su abrazo.
Incluso en momentos desafiantes, cuando las emociones se sienten intensas, nadie está solo. El equipo de Awkipuma permanece cerca, brindando una calma silenciosa, aire fresco o simplemente una presencia cuidadosa. Esa conexión humana, entre guía y viajero, entre sanador y buscador, es una de las medicinas más poderosas que existen.
El Regreso al Silencio
Cuando el amanecer empieza a elevarse, la selva despierta otra vez: cantos de aves, luz filtrándose entre los árboles. Los participantes se sientan en silencio, envueltos en mantas, con los ojos llenos de asombro y gratitud. Se siente una paz compartida: como si hubiéramos ido a un lugar más allá de las palabras y regresado con algo precioso.
Algunos comparten sus experiencias: visiones de luz, memorias sanadas, mensajes recibidos. Otros permanecen callados, todavía integrando lo vivido. Cada viaje es distinto, pero cada uno abre el corazón de una manera que cambia para siempre cómo nos vemos a nosotros mismos y al mundo.
Luego llega el desayuno: fruta, té, risas suaves. El grupo se siente más liviano, más conectado. Y la medicina continúa trabajando de formas sutiles durante días, guiando pensamientos y emociones hacia una armonía más profunda.
Integración: Llevar la Selva a Casa
Lo que verdaderamente transforma a las personas después de un retiro de ayahuasca en Perú no es solo lo que sucede en la ceremonia, sino lo que ocurre después. La integración es el puente entre la visión y la vida cotidiana. En Awkipuma ayudamos a los participantes a comprender su experiencia con cuidado y profundidad: a través de conversación, reflexión y una conexión simple con la naturaleza.
La selva enseña que la sanación no es un evento de una sola vez, sino un proceso: una danza entre la conciencia y la aceptación. La ayahuasca abre la puerta, pero son los pasos que damos después los que traen un cambio duradero.
Muchos de quienes llegan a Awkipuma describen sentirse más abiertos, más compasivos y más conectados: no solo consigo mismos, sino con la vida misma. Regresan a casa con claridad, sabiendo que la selva siempre susurrará dentro de ellos, recordándoles quiénes son en verdad.
Una Noche que se Convierte en un Comienzo
Para la mayoría, la primera ceremonia no es un final, sino un inicio: el momento en que el viaje exterior hacia la Amazonía se encuentra con el viaje interior del alma.
Es la noche que lo cambia todo: no por grandes milagros, sino por una verdad silenciosa. Una noche donde el bosque se vuelve espejo, los cantos se vuelven medicina y el ser vuelve a sentirse completo.
En Awkipuma, honramos a cada persona que camina este sendero con valentía y humildad. La medicina es antigua, pero la sanación que trae siempre es nueva.
Porque cuando te sientas en la selva, bajo el inmenso cielo amazónico, comprendes algo profundo: nunca estuviste realmente perdido. Solo estabas esperando volver a casa.




